La frase de la semana (7): inspiración
Uno de los errores más comunes cuando alguien empieza a escribir (y me atrevería a decir que también a pintar y a practicar otras actividades artísticas, pero me voy a limitar a hablar de lo que conozco) es esperar a la inspiración, a las musas o como cada uno quiera llamarlo. Nos imaginamos que en cualquier momento la inspiración vendrá a nosotros y entonces nos pondremos a plasmar palabras sobre el papel como locos y crearemos una obra maestra. Y nada más lejos, como dice la frase que he elegido para esta semana.
No hay que esperar un golpe de inspiración o unas palabras de las musas susurradas en tu oído para empezar a trabajar. Si hacemos eso corremos el riesgo de no empezar nunca. De hecho, es mucho mejor hacer lo contrario: sentarse delante del ordenador o del folio en blanco y empezar a escribir. O a releer lo que has escrito en el día anterior para irte metiendo en materia, o quizá a escuchar un par de canciones de la lista de reproducción que te ayudan a meterte en el mundo de la novela. Pero nada de esperar una inspiración que puede no llegar. El trabajo llama a la inspiración, y no al revés.
A mí me pasa mucho, no todos los días estoy igual de centrada ni todos los días me salen las palabras con la misma facilidad (como a todos, supongo). Pero sí tengo que decir que las veces que más han volado mis dedos sobre las teclas y he escrito más rato, las veces que me he quedado con mejor sensación, han sucedido cuando ya llevaba un rato sumergida en ello. Cuando empiezo una sesión de escritura a menudo lo hago con dudas. Las primeras frases me cuestan bastante, borro y reescribo, no estoy segura de si estoy encontrando el tono. Pero cuando cojo ritmo... eso ya es otra cosa.
No esperéis a la inspiración. Empezad a escribir... y ella acabará encontrándoos a vosotros.
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