No cumplir tus objetivos también está bien

by - marzo 02, 2021

 Hoy vengo con una entrada un poco diferente a la que tenía programada para el domingo y que finalmente no llegué a publicar. Me apetece reflexionar un poco sobre lo que pasa y cómo nos sentimos cuando no cumplimos los objetivos que nos marcamos.


Porque yo ya he dicho alguna vez que soy muy fan de ponerme objetivos, de hecho para este 2021 me puse 5 propósitos de lectura y escritura que recogí en esta entrada, y siempre me ha costado un poco lidiar con mis expectativas y conmigo misma cuando no los consigo. Veréis (ahora es cuando os cuento un poco de mi vida personal), uno de esos propósitos de año nuevo era escribir todas las semanas. Pues llevamos dos meses de este año y ya puedo decir que no lo he cumplido todas las semanas, de hecho tengo suerte si lo he cumplido la mitad. ¿Y por qué? Pues porque las circunstancias también influyen: tengo un trabajo con unos turnos larguísimos de hasta 12h (a las que hay que sumar casi 3h diarias de transporte) y que me exige el 100% de mi atención durante toda mi jornada laboral. También tengo una situación personal un poco más complicada en cuanto a mi salud, como ya comenté por redes sociales, que hace que tenga que cuadrar muchas citas médicas en mis días libres o en mis horas antes de ir a trabajar, y que me ha tenido de bajón anímico muchas semanas. Cuando yo cuadré el calendario editorial del blog y decidí publicar los microrrelatos los miércoles y una entrada cada domingo solamente tenía que lidiar con el trabajo, pero ahora me resulta mucho más difícil sacar tiempo para escribir las entradas, programarlas, avanzar en mi novela, leer...¿Y sabéis qué? Que no pasa nada.

Mi psicóloga me dice mucho que no pasa nada por no estar bien, que también es necesario, y algo que he aprendido en estas semanas es que tampoco pasa nada por no cumplir mis objetivos. No pasa nada si una semana no puedo escribir. O si son varias semanas. O si no me ha dado tiempo a dejar programada la entrada del blog, o las publicaciones de Instagram. Eso no hace que escribir me apasione menos, o que me apetezca menos compartir cosas en el blog. Tener tiempo para hacer todo eso está muy bien, y es lo que me encantaría, pero siendo realista tengo que admitir que no puede ser, que no somos máquinas y que las circunstancias que rodean mi vida me afectan.

Así que si no puedes escribir todos los días no pasa nada: hazlo cuando puedas. Si solamente puedes escribir 500 palabras en toda la semana no pasa nada: disfrútalas, ya tendrás semanas mejores. Si te propusiste publicar en redes o en tu blog con cierta frecuencia y no siempre puedes cumplirlo no pasa nada: hay cosas más importantes y ya retomarás el ritmo y publicarás cuando puedas. Date permiso para bajar el ritmo y no te sientas culpable por eso. Yo sigo trabajando en ello, y avanzando en mi novela y mis relatos cuando puedo y me siento emocionalmente con ganas y fuerzas, y aunque me cueste más llegar al final sigo teniendo las mismas ganas. En cuanto al blog mi idea es seguir el esquema de publicación de miércoles y domingo, pero no voy a sentirme mal si alguna semana me es imposible. 

Cuando llegue el fin de año y revise los propósitos podré decir que no he escrito todos los días, ni he mantenido el ritmo de publicación del blog, y que he conseguido no sentirme mal. Y eso también está bien. También se aprenden cosas de no cumplir tus objetivos.

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